Jalisco inoperante

Por Frank Lozano:

El “Operativo Jalisco” fue la gota que derramó el vaso de las obviedades. Es obvio que el Gobierno Federal está pagando el precio de la soberbia y el soslayo con el que, durante dos años, trataron el asunto de la seguridad en el país. Hoy saben que la seguridad no se compra a golpe de spots, ni mediante una estrategia internacional de relaciones públicas.

Es obvia la incapacidad del Gobierno Federal para atender Tamaulipas, Guerrero, Michoacán y Jalisco al mismo tiempo y con la misma efectividad. Tapan un agujero, para que en otra parte se abra uno igual o incluso peor.

Es obvio que los hechos registrados en Jalisco el primero de Mayo delatan que el Cartel Jalisco Nueva Generación, —a diferencia del Gobierno Federal—, sí hizo trabajo de inteligencia, al punto de conocer anticipadamente los movimientos e intenciones del ejército y de la policía federal. En el otro bando, es obvio que los servicios de inteligencia mexicana brillan y brillaron por su ausencia.

Es obvio que la estrategia actual del gobierno federal, —esa que tanto negaban porque México era un paraíso— conduce a la derrota, prolonga el sufrimiento y hace que la violencia escale.

Resulta obvia la incapacidad de las autoridades locales para lidiar con el problema. Mientras el padre del Gobernador Aristóteles Sandoval, el Magistrado Leonel Sandoval, se la pasa incitando a violar la ley e involucrando a funcionarios en actos ilegales —sin que pase absolutamente nada— y que el propio Gobernador está más ocupado en evitar que el candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, gane la presidencia municipal de Guadalajara. Mientras tanto, el estado es un enjambre de incertidumbre.

Es obvio que algo está mal con el Fiscal del Estado. Luis Carlos Nájera fue Secretario de Seguridad Pública de Guadalajara en el periodo 2003-2009, siendo presidente municipal Emilio González Márquez. Luego, fue Secretario de Seguridad del Gobierno de Jalisco, en el periodo en que Emilio González Márquez fue gobernador, es decir, del año 2006 al año 2012, año que entra al poder Aristóteles Sandoval, quien convirtió al Secretario en Fiscal General del Estado.

¿Más obvio? ¿Cómo un hombre que lleva doce años manejando policías, de los cuales 9 lo ha hecho desde el gobierno del estado, no se pudo dar cuenta de que un grupo, que en principio se llamaba “los torcidos”, se transformó en poco tiempo en la mayor amenaza nacional, según el departamento de Estado norteamericano?

¿Dónde estuvo Luis Carlos Nájera en estos doce años? ¿Dónde está el trabajo de inteligencia? ¿Dónde está la coordinación entre los niveles de gobierno?

Sobre estas preguntas reina un silencio sepulcral. Finalmente, es obvio que mientras no se modifique el enfoque que existe en México sobre la seguridad, no se modificarán los resultados que se obtienen. El enfoque policial-militar, el que busca capturar grandes capos, el que persigue la noticia y el aplauso, no va a funcionar. Este enfoque ha probado ser fallido. Al cortar una cabeza, más cabezas surgen. Se fragmentan los liderazgos criminales y se pulveriza la posibilidad de controlarlos. La estrategia debe pasar por el desarrollo, el combate frontal, el fortalecimiento de la prevención, la atención a los adictos y por amor de Dios, la regulación de las drogas.