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El franquista de closet – Juristas UNAM

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El franquista de closet

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Por Bvlxp:

Francisco Ignacio Taibo Mahojo «Paco Ignacio Taibo II» despertó un día cualquiera preguntándose si sería mejor ahorcar, lapidar, quemar o simplemente desterrar para siempre a la gente sin patria. Después de todo, los apátridas son despojos de la historia, perdedores inservibles, traidores miserables. Entonces, se enfundó como pudo su playera de “Menos Paz y Más Revueltas” para buscar inspiración. Para Paco Ignacio la patria no es un asunto personal, una identificación del alma con cierta tierra, sino un premio que se dispensa desde el poder y la tiranía de las mayorías. Por suerte, él se encuentra ahora del lado de las mayorías y su patria adoptiva ha sido tan generosa con él que hasta le regaló una ley con su nombre para que pudiera dirigir una de las instituciones estructurales del esfuerzo cultural del Estado Mexicano. Se trataba, decíamos, de gente que al estar en desacuerdo con el Líder Que Todo Lo Puede perdieron su derecho a la tierra, al cobijo, al descanso, a la tranquilidad y a ganar dinero por rentabilizar su talento. Y Taibodós viene por ellos cómo de que no.

Tenemos pues un señor nacido en Gijón, Asturias, España, que llegó a México después de una parada en Nueva York en 1958 donde la familia Taibo pasó una temporada en ese paraíso para los comunistas que era el Estados Unidos macartista. En 1959 llegó por fin a su nueva patria cuando era un niño de diez años y se naturalizó como mexicano ya más crecidito, el 4 de abril de 1984, y que desde entonces ha vivido de decir que es un perseguido político, un desterrado del odio convertido en poder del franquismo. Taibo padre fue un periodista que ejercía libremente y en paz su profesión, lo cual nunca es buena señal en las dictaduras, y las malas lenguas aseguran que Taibos Uno y Dos no vinieron a México huyendo, sino que vinieron porque quisieron, para buscarse una mejor vida, es decir, que no son desterrados sino trasterrados por razones económicas, y que, ya instalados en el Méjico de allende el mar, se dedicaron a vivir de su fama de exiliados sin renunciar nunca al franquismo que corre por sus venas. Pero esas son las malas y apátridas lenguas.

Existen otras lenguas incluso más viperinas, de esas que se ponen a indagar en los archivos para esparcir su veneno, que afirman que, ya estando en México, el primer Paco Ignacio Taibo fue el director del Instituto de Cultura Hispánica, que estuvo en la calle de Tabasco, colonia Roma. No está del todo claro si llegó a México con el cargo o si se lo dieron ya estando en su nueva patria. De lo que no hay duda es que el Instituto, que desapareció con la democracia, estaba bajo patrocinio del régimen de Franco y fungió como parte de su proyecto cultural.

Paco Ignacio Segundo es un hombre que ha hecho del rencor una profesión, de la inquina una trayectoria, que no anda buscando quién se la hizo sino a quién metérsela doblada. Un hombre que se jacta que nunca recibió dinero del gobierno (ni becas ni nada) para escribir sus libros y hacerse de su fama, pero que desafortunadamente lo afirma sentadote en el gran sillón del Fondo de Cultura Económica y con sus $144,342.98 pesotes brutos (que netos vienen siendo algo así como $101,181.44) cayendo mensualmente en la cuenta de banco. Bufa como bufan los comunistas rencorosos para quienes el poder es un patrimonio irónicamente privado, un cheque en blanco, el permiso de cobrar agravios y un buen sueldo a cambio de dar ningún servicio.

Pero estábamos en que, desde ese alto sillón de la cultura patria, don Paco ha recomendado a la gente sospechosa por no querer al Jefe como lo idolatra él que no agiten el cotarro, que eviten ponerse a la luz, sugiriendo a esos «hijos de la Operación Berlín y del baile interminable de la lana», que mejor se queden en una esquinita, que más les vale, o que vayan pensando en cambiarse de país muy pronto. Vamos, que opciones hay, por suerte: callarse o largarse, borrarse o chingarse. Todo dicho, desde luego y faltaba más, como consejo fraternal, que es como aconseja el Líder también cuando está de malas.

Mientras expele sus palabras que deben venirle de esa prominente barriga que no puede sino estar henchida de hiel y rencor, Taibodós siempre se ufana de esa lengua suya que es más poderosa que su capacidad de controlarla. Caray. Esa misma lengua que ya nos ha regalado antes joyas de la sana convivencia democrática como sugerirle al Supremo que expropie a todo aquel que se oponga a sus designios y a sus proyectos. Taibo no está gordo, sino que está llenito de sentimientos de la más pura democracia, un raro exiliado de las dictaduras que aboga cada vez que puede por la instauración de una. Taibo Mahojo encarna la mejor versión del bolchevique mexa, un trasnochado en cuerpo y alma, un enano de la virilidad intelectual que es incapaz de enfrentar con ideas a sus adversarios y que cumple con detestarlos.

Este gordo fumón de nuestra intelectualidad bolche es el exitoso autor de crónicas, entrevistas, ensayos, muchisísimas novelas, libros de historia, etc., todos los cuales gozan ahora de un lugar prominente y privilegiado de exhibición en las librerías Educal y en las del Fondo. Faltaba más. También fundó la «Brigada para Leer en Libertad», una asociación que promueve la lectura donando libros, inaugurando bibliotecas, organizando foros, ferias del libro y remates que organizaba con la plancha del Zócalo prestada por sus amigos de la regencia capitalina, vendiendo en veinte y treinta pesos libros que amablemente le exigía a las editoriales que le fueran entregados a peso cada uno. Por si todo esto fuera poco, en 1986 fundó la Asociación Internacional de Escritores Policíacos y, en 1988, creó la «Semana Negra» en su natal Gijón.

Todo esto dejó de lado Taibo para formar parte estructural del régimen de la destrucción democrática como su Comisario de Salud Pública, lo cual hace, como ya vimos, de excelente gana y sólo lamentando que todavía no cuaje su propuesta de barrer las calles a bayonetazo limpio contra los que osan oponerse al Destino Mayor de la Patria.

Este artículo tuvo una primera versión que se publicó aquí: https://medium.com/@Bilop/el-franquista-de-closet-fc1aa6c2a0e0