Vía El Mundo del Abogado
Poeta, diplomático, Premio Nobel de Literatura, férreo defensor del Estado emergente de la Revolución mexicana y el pensador mexicano más importante del siglo XX, Octavio Paz es un mito. Esta es la premisa de la que parte Ángel Gilberto Adame para emprender una aventura compleja: desmitificar al personaje de Octavio Paz. Para ello fijó su investigación en el origen, esto es, en aquellos recovecos de juventud donde nadie había explorado, en aquellas experiencias fundacionales de un joven brillante, que más que éxitos curriculares se antojan fallas en la vida temprana del poeta.
Podría pensarse que un notario de profesión, como es el autor de este libro, es la persona menos indicada para desentramar aquellos momentos de vaguedad en la biografía de Paz. Sin embargo, es probable que la herramienta que más haya ayudado para que Adame consiguiera el innegable rigor histórico de su investigación sea, precisamente, el dominio en el arte de la fe pública.
Adame no da por cierto ningún acto o hecho en la vida del célebre escritor, hasta no haberlo sustentarlo con un documento que lo acredite. Ahí donde los adversarios y los defensores de Paz han creado una discusión dicotómica, el notario público presenta pruebas documentales que matizan la discusión con argumentos objetivos que se ubican en el punto medio.
El autor se hace cargo, decía, de aquellos momentos de mayor nebulosidad en la vida de Paz: “Hubo un cabal esfuerzo por abarcar todas las fuentes posibles que me permitieran la reconstrucción de ciertos episodios que el propio Paz apenas comentó, y que sin embargo contribuyeron a la forma de su temperamento intelectual”, ha dicho Adame. Justamente ése es el valor agregado de esta obra frente a las innumerables ediciones biográficas que han surgido a raíz del centenario del natalicio del ganador del Nobel.
Entrar, sin brújula, a terrenos inexplorados y salir de ellos como un cartógrafo triunfante con pormenorizados mapas bajo el brazo, no es tarea fácil, y Adame lo consiguió de manera sobresaliente.
El notario ha escrito un libro que ha puesto bajo tela de juicio diversos estudios de prestigiados historiadores y de una baraja considerable de investigadores literarios. En ese sentido, Octavio Paz. El misterio de la vocación se puede leer como una sesuda provocación, o bien como una prudente invitación a replantear la mítica imagen del niño que nació en el barrio de Mixcoac, pero sobre todo del viejo que murió en Coyoacán.
En este libro el lector encontrará amistades de juventud, desencuentros de adultez, los pequeños grandes pasajes por la Universidad Nacional, los primeros pasos periodísticos y, por supuesto, su refrescante y tóxica relación con Elena Garro.
Quizá el aparatado más polémico, pero no por eso más relevante, sea el destinado a lo ocurrido en 1968 y a la abdicación de Paz a la embajada de México en la India. Nuevamente una palabra, poco común en el tema, sintetiza lo escrito por Adame: objetividad.
Estamos, pues, frente a un texto que simple y sencillamente resulta imperdible para entender las fuentes inspiracionales de algunas de las preguntas —todavía vigentes— que el genio sembró a lo largo de su obra y que, al pasar de los años, siguen sin ser respondidas.