Perdiendo la batalla cultural

Por @Bvlxp:

Ni modo de comentar, otra vez, el escándalo feminista de esta quincena en Internet, el cual, como la cosecha de mujeres y por obvias razones, nunca se acaba. Parezca lo que parezca, esta no es una columna que vaya de contestar todos y cada una cada uno de los delirios neofeministas por más divertido y placentero que esto sea. Primero, porque hasta de divertirse uno se cansa y, segundo, porque pues es una tarea al parecer interminable como sería comentar cada una de las acciones de Nicolás Maduro para explicar por qué es un dictador.

Aunado a todo lo anterior, si comentáramos a fondo la muinilla feminista quincenal, esta columna sería igual que la pasada: mujeres y mujeros que bajo el membrete feminista acomodan una ambición anticapitalista y la profunda intolerancia que les provocan la necesidad de femensplicarle a mujeres por qué está mal no ser como ellas y ellos y elles y ellus. Sin embargo, la invectiva de que fue objeto Paola Espinosa, una mujer que cometió el pecado de tener en más estima a la maternidad que a sus logros olímpicos, pone en evidencia que, rehenes de su abyección, las feministas van perdiendo la batalla cultural.

A principios de este siglo, la batalla cultural consistía, primordialmente, en el activismo en favor del reconocimiento de la minoría homosexual como miembros de pleno derecho en la sociedad. Justice Scalia, después de la decisión en Lawrence v. Texas, un caso de 2005 (¡!) en el que la Suprema Corte de Estados Unidos invalidó la ley antisodomía del estado de Texas, declaró muy indignado que la Corte había tomado (mal) partido en las batallas culturales. A sólo doce años de esa decisión, y a la luz del reconocimiento del matrimonio homosexual y otras conquistas legales y políticas, podemos afirmar, con sus bemoles claro está, que la comunidad homosexual definitivamente va ganando la batalla cultural.

En cambio, el feminismo la va perdiendo de calle y pareciera ser que ese es precisamente su objetivo: mantenerse como un movimiento estridente, en las periferias de la opinión, autocomplaciente, que hace mucho ruido en sitios pequeños del Internet, un lugar que, contrario a lo que parecen creer, nadie escucha, y que cuando sale de su rancho digital, no resuena con nadie. El caso de Paola Espinosa es paradigmático para retratar cómo las nuevas y más vocales apoderadas del movimiento feminista están destruyendo desde su dogmatismo su propia y abstracta “lucha”.

¿Qué hizo el movimiento homosexual para ganar la batalla cultural? Ser un movimiento con ideales que resuenan con la gente: un movimiento compasivo que apela a la dignidad humana es fácil que sea contagioso. En cambio, exceptuando a los loquitos dogmáticos, con casi nadie en México resuena el que se ataque a una mujer que es una figura nacional por ser madre y por ser felicitada por ello y por sentirse orgullosa de serlo. El neofeminismo, que explícitamente acepta que no aspira a la igualdad entre hombres y mujeres, aparte de algunos lugares comunes que son parte de un piso mínimo de decencia y que no tiene nada de progresista, no tiene mucho que aportar. Aunado a esto, en cada nueva oportunidad, el neofeminismo es atorrante y al hacer gala de su abyecto dogmatismo, este feminismo 2.0 cada vez más está hablando más solo y nomás no avanza en la sensibilidad social. Fuera de sus propios loquitos, el neofeminismo cada vez tiene menos gente con quien hablar.

Las feministas de antes, gente en verdad progresista como Marta Lamas, crearon instituciones que perduran hasta hoy (y cuya credibilidad las nuevas feministas que poco a poco van comandándolas comienzan a derribar) y tenían un mensaje claro y atendible que comunicar (como la lucha por la legalización del aborto); un mensaje que se ha ganado su lugar en un debate que sigue vigente y que ha prevalecido en muchas partes del país. Ya en serio, en serio, en serio: estas feministas del hashtag ¿qué quieren?, ¿qué que valga la pena tienen que comunicar?

Aquí les dejo un buen resumen del estado de las armas del feminismo actual en la batalla cultural y ya me dirán ustedes si tienen alguna posibilidad de ganar: