Por Frank Lozano:

El país enfrentará diversos escenarios en el año que comienza. Dichos escenarios se sucederán en un entorno internacional complejo cuya lectura es reservada. En primer término está el precio del petróleo y la flotación cambiaria. En el primer punto, la mezcla mexicana de petróleo,  quizá pueda estabilizarse, sin embargo, lo haría con un precio muy bajo. Respecto al dólar, la moneda nacional seguirá su proceso de devaluación, pero no tan dramático como el que se vivió en el año 2015. En el ámbito nacional, el país enfrenta diversos frentes. El año 2016 será un año electoral. Habrá elecciones para renovar gubernaturas en doce entidades.

 Los estados han tenido que hacer ajustes a la baja a sus presupuestos. Muchos proyectos y programas se verán afectados. El recorte del presupuesto del gobierno federal, dejará inconclusos diversos proyectos de infraestructura, así como también, programas sociales.

Además de la agenda económica interna, el Gobierno federal debe enfrentar la crisis de seguridad nacional que sigue azotado al país. El ejemplo más reciente, fue el del asesinato de la Presidenta Municipal de Temixco, en el estado de Morelos, que representa la intervención más cínica del crimen organizado y dibuja también, el nivel de descomposición de la clase política.

A la par del auge del hampa, la presidencia de la república debe aniquilar a sus propios demonios. El nivel de aceptación de la gestión del Presidente, es el más bajo que se ha visto. El presidente y su círculo inmediato no gozan de  credibilidad y mucho menos de aprobación de su trabajo.

La relación del gobierno con los ciudadanos, pasa por la desconfianza y la incredulidad. El presidente reformador, se convirtió en un presidente represor y en un presidente corrupto que encubre a las sospechosas relaciones que tiene con empresas del ramo de la construcción, tal y como aparentemente, las que tienen algunos miembros de su equipo de trabajo. Lo cierto es, que a casi dos años de revelados los escándalos producidos por “la Casa Blanca” y la relación con la empresa OHL, Los Pinos, no han podido enderezar la imagen del presidente.

Este año veremos la realización de doce elecciones en las que se renovarán las gubernaturas de doce entidades. La nota disonante del proceso, la darán el Partido de la Revolución Democrática y el Partido Acción Nacional, que irán en alianza en diferentes estados. No van en todos, van en aquellos en donde, la suma de ambos, puede hacer que una u otra marca, sean competitivos. Esto hace de una alianza electoral, un pragmatismo amnnésico. Los partidos ideológicamente opouestos se alían única y exclusivamente para sacar al PRI. Obviamente, muchos odiamos al PRI, lo que no nos queda claro es, si en las elecciones en donde el PRD y el PAN ganen, van a plantearse políticas progresistas o de derecha, o si de plano, a través de las alianzas, estarán definiendo un nuevo centro.

A partir de los resultados que se den en junio de este año, el país tendrá una nueva cartografía política. Entonces sí, la sucesión comenzará. Se diseñarán estrategias a partir del nuevo mapa. Los que hoy corren, sabrán si deben hacerlo acompañados o solos, sabrán qué mensajes dar, con quién pelear y cuando. Las elecciones de junio marcarán la nueva relación entre los partidos entre sí y de los partidos hacia los poderes.

Finalmente, el 2016 será el año en México reciba nuevamente la visita de un Papa. La visita de Bergolio ha generado especulaciones. Hay quienes creen que el Papa pondrá el dedo en la llaga, haciendo de sus mensajes obuses dirigidos a señalar el retroceso en el respeto a los derechos humanos, el asunto de la migración y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Son temas que, queramos o no, ha gozado de una visibilidad internacional y corresponden a una agenda pendiente para muchos mexicanos. Habrá que estar atentos a los mensajes de Bergolio, lo cierto es que su visita y su mensaje, generarán mucho revuelo ante creyentes y no creyentes.

Estas son algunas de las perspectivas para México en el año 2016.