Las «huelgas» estudiantiles en la Universidad (Primera parte)

En junio de 1912, los alumnos de la Escuela Nacional de Jurisprudencia organizaron un paro, siendo director en ese momento el licenciado Luis Cabrera, quien no era popular entre el alumnado y enfrentaba críticas de profesores que habían aspirado a su cargo; esta sería la primera huelga en la historia de la Universidad.

Los medios impresos del país publicaron que se notaba desacuerdo de los estudiantes de jurisprudencia, por una orden de la Secretaría de Instrucción relativa al sistema de reconocimiento que substituiría al de exámenes, a partir de la primera semana de julio.

El licenciado Luis Cabrera expresó que el sistema de reconocimiento era antipedagógico, por lo que se convocó a una asamblea, a la que asistió casi la totalidad del alumnado, presidido por Alfonso Reyes; en ésta se resolvió nombrar a una comisión, integrada por Ezequiel Padilla, Guillermo Valenzuela, Enrique Domínguez y Óscar Menéndez, con el fin de que acudieran ante el Ministro Pino Suárez, para exponerle las razones de los estudiantes. Sin embargo, éste no resolvió categóricamente a sus peticiones, sino que les dijo que las elaboraran por escrito, que se les daría el trámite acostumbrado y que después se resolvería. Al obtener tal respuesta, se acordó en la Escuela Nacional de Jurisprudencia que, en caso de que no fueran atendidos en sus peticiones, declararían la huelga.

Ezequiel Padilla habló frente a todos los alumnos para dar cuenta de la entrevista lograda con el licenciado José María Pino Suárez, en presencia del Director Luis Cabrera, quien al escuchar expresó “tendría agrado en ver en huelga a los estudiantes de la Escuela por un motivo tan insignificante como el que alegaban”. Padilla exhortó a sus compañeros para que lejos de mostrarse temerosos ante el desafío lanzado recogieran el guante que les había arrojado.

Los estudiantes acordaron decretar el paro y organizar una manifestación en contra de Luis Cabrera, nombrando una comisión para que le informara que, de acuerdo con sus deseos, la escuela se cerraría.

El 27 de junio de 1912 se declaró que se suspendían las clases no porque hubiese huelga, sino para dar tiempo a los alumnos de que se prepararan para los reconocimientos, que se llevarían a la práctica de cualquier modo en la fecha señalada.

El 28 de junio de 1912 los huelguistas presentaron un pliego de peticiones al Secretario de Instrucción y acordaron esperar una semana la contestación a sus demandas. El 29 de junio de 1912 se integró definitivamente el Comité de Huelga, presidido por el citado Ezequiel Padilla. Se acordó continuar en paro, hasta en tanto no se obtuviera la contestación respectiva y manifestaron que “cortesía enérgica con que empezó y que si bien es cierto que se trata de una huelga de guante blanco, la mano que lo lleva, llegado el caso, oprimiría una espada”.

El 2 de julio de 1912 una comitiva de huelguistas se entrevistó con el Presidente Madero, quien les dijo que la huelga era altamente perjudicial y los exhortó a volver a clases.

El 3 de julio de 1912 se le solicitó la renuncia al Director Cabrera, quien se negó a hacerlo por la falta de apoyo de la opinión pública; asimismo, aprovechó para dar a conocer una comunicación del Ministro Pino Suárez en la que lo autorizaba a pedir la intervención de la policía, clausurar la escuela durante 15 días, cancelar la matrícula de los huelguistas y solicitar la expulsión de los iniciadores y fomentadores de la huelga.

El 4 de julio de 1912, en vista de la gravedad del movimiento de huelga, el Secretario de Instrucción ordenó que la Escuela Nacional de Jurisprudencia fuese clausurada indefinidamente. Los alumnos acordaron que, en caso de que el Presidente les solicitara volver a clases, lo harían siempre y cuando el licenciado Cabrera dejara la Dirección.