Reformas a las Leyes de Ciencia y de Educación son sólo un pequeño paso para un país que necesita un gran salto

Por Alberto Apanco:

De acuerdo a la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), que realiza la OCDE, México ocupa el último lugar en matemáticas, lectura y ciencias. Esta prueba se realiza a estudiantes de los países miembros de dicha organización. 

Este resultado es causado por la falta de interés por parte de los gobiernos a todos los niveles en invertir en rubros como la educación y la tecnología; lamentablemente, no son sectores en los que se puedan ver resultados inmediatamente por lo que no son atractivos para los gobernantes. En un país con tantas deficiencias como el nuestro, con tanta desigualdad social y corrupción, la educación parece ser la única salida.

Los países que han logrado un mayor desarrollo en el aspecto económico son, sin duda alguna, los que han convertido el conocimiento en el factor más importante de la producción. Vivimos en una era en que la tecnología avanza rápidamente y los procesos de producción cambian constantemente, sólo los países que posean el conocimiento y las herramientas para crear e innovar nuevos procesos lograrán el tan esperado desarrollo.

En mayo del presente año fue publicado el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de Ciencia y Tecnología, de la Ley General de Educación y de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Entre las modificaciones más importantes tenemos las siguientes:

SE REFORMAN, ADICIONAN Y DEROGAN DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN.

Artículo 2.- Todo individuo tiene derecho a recibir educación de calidad y, por lo tanto, todos los habitantes del país tienen las mismas oportunidades de acceso al sistema educativo nacional, con solo satisfacer los requisitos que establezcan las disposiciones generales aplicables. […] En el sistema educativo nacional deberá asegurarse la participación activa de todos los involucrados en el proceso educativo, con sentido de responsabilidad social, privilegiando la participación de los educandos, padres de familia y docentes, para alcanzar los fines a que se refiere el artículo 7o.

Artículo 3.- El Estado está obligado a prestar servicios educativos de calidad que garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para que toda la población pueda cursar la educación preescolar, la primaria, la secundaria y la media superior. Estos servicios se prestarán en el marco del federalismo y la concurrencia previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y conforme a la distribución de la función social educativa establecida en la presente Ley.

Artículo 6.- La educación que el Estado imparta será gratuita. Las donaciones o cuotas voluntarias destinadas a dicha educación en ningún caso se entenderán como contraprestaciones del servicio educativo. Las autoridades educativas en el ámbito de su competencia, establecerán los mecanismos para la regulación, destino, aplicación, transparencia y vigilancia de las donaciones o cuotas voluntarias. Se prohíbe el pago de cualquier contraprestación que impida o condicione la prestación del servicio educativo a los educandos. En ningún caso se podrá condicionar la inscripción, el acceso a la escuela, la aplicación de evaluaciones o exámenes, la entrega de documentación a los educandos o afectar en cualquier sentido la igualdad en el trato a los alumnos, al pago de contraprestación alguna. 

Artículo 8.- El criterio que orientará a la educación que el Estado y sus organismos descentralizados impartan -así como toda la educación preescolar, la primaria, la secundaria, media superior, la normal y demás para la formación de maestros de educación básica que los particulares impartan- se basará en los resultados del progreso científico; luchará contra la ignorancia y sus causas y efectos, las servidumbres, los fanatismos, los prejuicios, la formación de estereotipos, la discriminación y la violencia especialmente la que se ejerce contra las mujeres y niños, debiendo implementar políticas públicas de Estado orientadas a la transversalidad de criterios en los tres órdenes de gobierno.

Artículo 33.- IV.- Prestarán servicios educativos para atender a quienes abandonaron el sistema regular y se encuentran en situación de rezago educativo para que concluyan la educación básica y media superior, otorgando facilidades de acceso, reingreso, permanencia, y egreso a las mujeres.

SE REFORMAN Y ADICIONAN DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA, DE LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN Y DE LA LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA. 

Artículo 2.- Se establecen como bases de una política de Estado que sustente la integración del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, las siguientes:

[I. …] II. Promover el desarrollo, la vinculación y diseminación de la investigación científica que se derive de las actividades de investigación básica y aplicada, el desarrollo tecnológico de calidad y la innovación, asociados a la actualización y mejoramiento de la calidad de la educación y la expansión de las fronteras del conocimiento apoyándose en las nuevas tecnologías de la información y, en su caso, mediante el uso de plataformas de acceso abierto. Así como convertir a la ciencia, la tecnología y la innovación en elementos fundamentales de la cultura general de la sociedad. 

Capítulo X. Del Acceso Abierto, Acceso a la Información Científica, Tecnológica y de Innovación y del Repositorio Nacional Artículo 64. El CONACyT diseñará e impulsará una estrategia nacional para democratizar la información Científica, Tecnológica y de Innovación, con el fin de fortalecer las capacidades del país para que el conocimiento universal esté disponible a los educandos, educadores, académicos, investigadores, científicos, tecnólogos y población en general. La estrategia buscará ampliar, consolidar y facilitar el acceso a la información científica, tecnológica y de innovación nacional e internacional a texto completo, en formatos digitales. Las instituciones de educación superior y Centros de Investigación podrán constituir Repositorios por disciplinas científicas y tecnológicas u otros que se determinen, a fin de diseminar la información científica y tecnológica que se derive de sus productos educativos y académicos, y en general de todo tipo de investigaciones que realicen, cualquiera que sea su presentación, de acuerdo con criterios de calidad y estándares técnicos que emita el CONACyT. Dichos Repositorios podrán establecerse a nivel de las instituciones y centros de investigación o mediante la creación de redes o asociaciones con otrasinstituciones, por disciplinas, por regiones u otros. El CONACyT emitirá los lineamientos a que se sujetarán los Repositorios a que se refiere la presente Ley.

Es evidente que estas reformas son muy buenas, sin embargo, debemos ser escépticos al respecto ya que tenemos un camino muy largo por recorrer. Según información de la OCDE, México no es sólo el país con mayor rezago educativo, es también el que menos invierte en los rubros de educación, ciencia y tecnología. México invirtió en 2010 el 5,2% del PIB en educación, mientras que Dinamarca invirtió el 8.8% e Islandia el 7.6%. Hay países que invirtieron menos en su educación, como Japón que aportó el 3.8, lo que nos indica que no sólo se debe invertir en educación sino que se debe saber distribuir el gasto y, en el caso de México, que ocupa uno de los primeros lugares en corrupción a nivel mundial, se deben transparentar los recursos destinados a la educación.

Por todo lo anterior, podemos concluir que las reformas son sólo un pequeño paso hacia el desarrollo. Debemos dar un brinco y realizar cambios sustanciales para poder aspirar a convertirnos en un país más equitativo no sólo económicamente, también a nivel social.

Mientras esto no suceda, estaremos destinados a repetir los errores que tanto nos han rezagado.

«Si queremos corregir la pobreza, la desigualdad y la corrupción que aquejan al país, la solución tiene que pasar por el campo de la educación. Sin educación no hay futuro promisorio». 
José Narro al inaugurar el XI Congreso Nacional de Investigación Educativa el 11 de agosto de 2011.