Las prioridades del Feminismo Romacondechi

Por @Bvlxp:

El 26 de mayo del 2016, la alcaldesa constitucional de Chenhaló, Chiapas, Rosa Pérez Pérez, renunció a su cargo. Lo hizo después de protestas de habitantes de este bastión zapatista que se negaban a que una mujer los gobernara y que secuestraron al Presidente del Congreso de Chiapas, amenazando con quemarlo vivo, si la alcaldesa no renunciaba al cargo para el cual fue electa. En su lugar se designó, desde luego, a un hombre, Miguel Sántiz Álvarez, mediante un ritual de «usos y costumbres» coordinado por las autoridades tradicionales en franca violación de la Constitución y de los tratados internacionales firmados por el Estado Mexicano.

El 31 de mayo del 2016, un grupo delegado de la CNTE descalzó, golpeó, humilló y rapó a un grupo de profesores, entre ellos a tres mujeres de la tercera edad en Comitán, Chiapas, por no participar en sus protestas e intentos de boicot contra las reformas en materia educativa impulsadas por la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

La sociedad mexicana vio con azoro estos hechos y no dudó en condenarlos. En un país tan machista como muchos imaginan, la condena a estos ataques contra la igualdad y la dignidad de las mujeres fue amplio, estruendoso y unánime excepto por ese rincón del feminismo que ronda los treinta años y se agazapa en Internet. Curiosamente, lo que se conoce como el Feminismo 2.0 o Feminismo Pop y que para efectos de esta pieza identificaremos como el Feminismo Romacondechi (que, por cierto, no es exclusivo de México o de su ciudad capital), fue llamativamente silencioso ante estos actos claramente retrógradas y atentatorios contra la dignidad e igualdad del género que tan vocalmente proclaman defender. ¿Qué hacía el siempre comprometido Feminismo Romacondechi mientras se deban estos hechos en Chiapas? Veamos:

  • Indignarse con los hombres porque mujeres adultas usaron su cuerpo como les vino en gana, exhibiendo en bodypaint los colores y el emblema del Partido Nueva Alianza, en un acto político de éste.
  • Indignarse con el Jefe de Gobierno del Distrito Federal por proponer el uso de un «símbolo fálico» a decir de ellas, un silbato (o un pito, como absolutamente nadie en México le dice a los silbatos), como un instrumento en contra del acoso callejero, el cual ha sido avalado y puesto en práctica por otras ciudades del mundo y cuyo uso la Organización de las Naciones Unidas no ve mal para este fin.
  • Estar involucradas en acciones tan radicales y transformativas como presumir que no se rasuran la axila para liberarse de los estereotipos; montar un video para que les chiflen en la calle y recibir muchos Likes y encomios por su genialidad, cobijadas por la certeza de que a una mujer nunca podrá acusársele de estar banalizando el acoso; rasurar las referencias al físico de las mujeres y otros asuntos igualmente indignantes en los guiones que escriben; escrxbxr sus publicaciones en Facebook y sus tuits como idiotes porque el lenguaje tiene un secreto código machista y ya basta de injusticias.

El Feminismo Romacondechi: un movimiento de convenencieros, con madurez intelectual preparatoriana; un esfuerzo político e ideológico que se viste de moral para venderse; un grupo presto a vociferar cuando los agravios (o los supuestos agravios) vienen de quien desprecian, de sus enemigos ideológicos, pero que calla cuando los agravios (estos sí verdaderos) vienen de sus compinches de lucha como la CNTE, como el indigenismo que, como se sabe, necesariamente es bueno, u otros como Andrés Manuel López Obrador que tienen carta blanca para todo, incluyendo el pretender someter los derechos humanos a consulta. En estos casos siempre hay motivos superiores, causas más relevantes que obligan a callar frente a los horrores de que son víctimas quienes dicen defender.

En suma, en el Feminismo Romacondechi tenemos a un grupo de niñitas y niñitos convencidos de su auto asumida relevancia, enamorados de su auto importancia, jugando a que no son privilegiados, que gasta su inteligencia (la que haya) y sus ímpetus (esos sí abundantes) entendiendo el mundo desde un arenero mientras la realidad se ríe de ellos y se presta a devorar mujeres y atropellar su dignidad y sus derechos.