Las «huelgas» estudiantiles en la Universidad (IV)

El 16 de abril de 1986, el rector don Jorge Carpizo presentó a la comunidad universitaria un documento denominado Fortaleza y Debilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde hacía un análisis crítico de nuestra Universidad, señalando el bajo rendimiento académico, el ausentismo de catedráticos, las contrataciones en términos del clientelismo, la baja productividad del personal administrativo, el seguimiento de líneas de investigación desvinculadas de los problemas nacionales, la ausencia de planeación y el exceso de burocracia; además, explicó que en nuestra casa de estudios, convivían estudiantes y profesores con excelente nivel académico, con estudiantes, profesores, investigadores y trabajadores que no cumplían con sus funciones.

El 21 de abril, el Rector declaró que estaba dispuesto a asumir todos los riesgos que pudiera implicar el mejoramiento de la Universidad. El 22 de mayo de 1986, Carpizo intentó defender su programa en el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras, siendo esto prácticamente imposible.

El 20 de agosto, diversos consejeros universitarios alumnos presentaron en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras un documento titulado La Universidad Hoy, solicitando a los medios de información igual difusión que el hecho con el del Doctor Carpizo.

El Consejo Universitario respaldó al Rector. Los consejeros universitarios alumnos decidieron convocar a una asamblea universitaria, en la cual informaron a la comunidad de lo ocurrido, invitaron a oponerse a las resoluciones del Consejo y a organizarse para demandar la derogación de las reformas.

El 27 de octubre se realizó en la explanada central de Ciudad Universitaria un mitin que reunió a diez mil estudiantes, donde se reiteró el llamado a la comunidad para la organización; además, se emplazó a las autoridades de la Universidad a derogar, antes del 31 de octubre, las reformas a los Reglamentos de Pagos, Inscripciones y Exámenes.

El 13 de noviembre del mismo año se efectuó un paro general, que se realizó de las 7 a las 21 horas, y el 29 de enero de 1987 a las 12 horas empezó la huelga en la UNAM.

El 9 de febrero del mismo año, varias universidades de provincia realizaron un paro en apoyo al movimiento iniciado por el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), que era el grupo que lo comandaba, destacando como líderes a Carlos Imaz, Imanol Ordorika y Antonio Santos.

Uno de los principales puntos que se destacaron era la petición que hacían los estudiantes inconformes de cancelar las clases y exámenes extramuros que, en distintas escuelas que no los apoyaban, las llevaban a cabo, destacando la Facultad de Derecho, en la cual las clases continuaron y se siguió con el programa semestral tal como se tenía destinado. Ésta fue una de las Facultades que apoyó las ideas del Rector Carpizo y estuvo en contra de la huelga.

El 15 de febrero de 1987 se decidió levantar la huelga, siempre y cuando las autoridades de la UNAM cumplieran, dentro de las 24 horas posteriores con no aplicar medidas represivas, la ampliación del semestre, la invalidez de las clases y exámenes extramuros, entre otros. Las autoridades de la Universidad hicieron saber que las garantías mencionadas eran en realidad nuevas demandas y decidieron entregar una contrapropuesta a los dirigentes del CEU y en particular se negaron a anular las clases y exámenes extramuros.

El 17 de febrero a las 12 del día, después de un acuerdo final entre los huelguistas y las autoridades, concluyó el movimiento, con la promesa de celebrar un Congreso Universitario que definiera el perfil de la UNAM, dejando en suspenso cualquier reforma.