La esperanza de México

Por @Bvlxp:

Los momentos de incertidumbre son fecundos para el oportunismo. En la desesperación y la confusión aflora el ansia por la salida fácil. Nadie quiere complicarse la vida cuando la está pasando mal; es contra natura urdir entre los problemas para encontrar la salida: ante un nudo demasiado apretado mejor rompemos la bolsa. Es justo el momento que vive México; un momento de suma desesperanza y desazón, en el que unos con mucho éxito prometen salidas fáciles y soluciones cortas que acabarán de golpe y porrazo con este infierno nacional y cotidiano. En estas circunstancias afloran los falsos profetas que se aprovechan de que cuando la neblina del entendimiento aflora en medio de la desesperación, nadie alcanza a darse cuenta de que, si la salida fuera tan fácil como estos la pintan, otros ya la hubieran tomado hace mucho para vestirse de gloria. Este es el momento mexicano actual.

La desesperación y el obnubilamiento nacional llegan al grado que porciones importantes de la sociedad e incluso algunas de sus mentes lúcidas están dispuestas a caer sin pudor en la psicosis o en el franco cinismo de convencerse de estas recetas huecas, facilotas e incluso francamente mágicas e infantiles. La campaña por la gubernatura del Estado de México es un ejemplo clarísimo del momento nacional. Los que apoyan a la candidata proxy de Andrés Manuel López Obrador saben que es una mujer que no tiene la capacidad para ocupar un cargo como al que aspira, pero no importa pues sabemos que es la elegida por El Ungido y su patrocinio inmediatamente le otorga un aura incuestionable. Arropados por la quimera de que es la mejor opción para los habitantes del Estado de México, ocultan las verdaderas intenciones detrás de su apoyo: sin ganar la gubernatura del Estado de México difícilmente ganarán la Presidencia de México en 2018, pues no podrán servirse de los recursos públicos que ejercerían desde el Gobierno del Estado en favor de su inevitable e incuestionable candidato. O sea, candidatos, dueños y aficionados del irónicamente denominado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) quieren ganar en el Estado de México para servirse de él…como han hecho todos los demás en la historia, lo cual además se da por hecho como si fuera el asunto más natural del mundo. Un cinismo de clase mundial.

La desesperanza es tal que esta gente cuenta con su discurso de pureza y anti-corrupción como el único bálsamo y propuesta para hacerse del poder. Eso y su varita mágica. Increíblemente, hasta antes de que se les corriera definitivamente el velo en los procesos electorales de 2017, habían logrado convencer a una parte de los mexicanos sobre este linaje. La desesperanza lleva al fanatismo y así han logrado que aun sabiendo que Delfina Gómez descontaba ilegalmente a empleados acorralados del ayuntamiento que encabezó, el 10% de su sueldo para embolsárselo y entregarlo a las arcas de López Obrador, y que la diputada de MORENA Eva Cadena recibía sin cansarse fajos y fajos de dinero de manera ilegal, hay quienes permanecen impávidos e indiferentes ante el desmoronamiento de la única oferta política de MORENA. El fanatismo o la desesperación o el franco cinismo llevan a seguir apoyando una causa y a un caudillo por su mera fama, a pesar de las evidencias. Sí son corruptos, pero son nuestros corruptos y son de los buenos.

Sin importar que la esperanza vaya camino de la desesperanza, hay que aferrarse a ella a costa de lo que sea. A veces las filias políticas son como una mala relación que no dejamos aunque sepamos ya muerta y de la que no nos terminamos de desencantar aunque tengamos a la mano todas las evidencias. Es peligroso equiparar el amor al destino de un país. El amor es complejo y tiene muchas reglas, pero el destino de lo público se rige, todavía hoy, por las reglas de la democracia y del Estado de Derecho. No se vale permanecer impávidos ni indiferentes ni cínicos ante quienes pretenden regir nuestros destinos. Cuando decidimos depositar nuestra confianza en un personaje público tenemos no sólo el derecho sino la obligación del desencanto. Si podemos perdonar en nuestras parejas infidelidades o malos ratos porque la dinámica de nuestra relación así lo exige y porque el amor y las relaciones están hechos de muchos ingredientes, no debemos soportar que un candidato o un partido que se dicen puros y diferentes vayan y nos pinten el cuerno y le rematen nuestra esperanza a Elba Esther Gordillo, a Bartlett, a Bejarano, a Eva Cadena, a la CNTE, o a Ricardo Salinas Pliego. O, si lo soportamos, debemos al menos estar conscientes de que nuestra esperanza, lo único a estas alturas nuestro, ha sido rematada por un impostor y atenernos al futuro sin sorpresas.