La desinstitucionalización

Por Bvlxp:

Existen tantos signos de progresiva desinstitucionalización en nuestro país como inquietante silencio al respecto. Me confieso atónito ante la indiferencia que ocasiona el que se proponga violar la ley como política del nuevo gobierno y lo dejemos pasar como si la cosa no fuera con nosotros. La próxima Administración habla de la ley como un estorbo a sus propósitos que entiende como motivos superiores que no admiten traba alguna y ante los cuales la ley y el Estado de Derecho palidecen en importancia.

Esta tendencia, que a estas alturas no puede sino considerarse una política y un proceder abiertos de la Administración López Obrador, comenzó cuando la legislatura local de Tabasco anunció que se modificaría la ley de obras para que la refinería que se pretende construir en Dos Bocas no encontrara obstáculo ni dilación alguna en su construcción; que nada entorpezca la voluntad del Señorpresidente que es omnipresente y todopoderosa. Los asuntos terrenales como lo es un proceso de licitación no están para cuestionar lo que ha decidido el hombre que encarna el alma de México.

En estas semanas se ha repetido mucho el argumento de que las consultas convocadas por el Presidente electo son ilegales. El argumento no pega del todo porque este ejercicio partidista busca, precisamente, hacerse al margen de la Ley Federal de Consulta Popular. Es decir, las llamadas consultas nacionales de AMLO son ejercicios políticos y no un mecanismo formal de participación pública y es así como debe juzgárseles. La consulta patito sobre la suerte del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y las que están por realizarse para dejar participar a la base morenista en decisiones tomadas son en realidad un fraude político, pero forman parte del esfuerzo denodado de Andrés Manuel López Obrador de desmontar las instituciones que lo frenen o que le estorben. Las consultas forman parte de un plan más amplio: demostrar que no necesitamos de las instituciones, mucho menos de instituciones que no puede controlar, como el Instituto Nacional Electoral.

Existen otros ejemplos de cómo la autodenominada Cuarta Transformación se trata en realidad de regresar al Estado premoderno en el que la ley, las instituciones y los contrapesos eran una mera sugerencia, algo que existía en el papel, una simulación. En Tabasco se desmontan trescientas hectáreas de selva para construir la refinería sin solicitar la autorización en materia de impacto ambiental que exige la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Por el país pululan unos venezolanamente llamados “servidores de la nación” que levantan un censo para programas sociales al margen del INEGI. En el Senado se dispensa el proceso legislativo para entregar leyes aprobadas en días u horas para no enfurecer al Jefe Máximo. La próxima Secretaria de Gobernación propone desaparecer de un plumazo las Salas Anticorrupción del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. La Suprema Corte de Justicia, el Instituto Nacional Electoral, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales se encuentran bajo acecho. Se planea modificar sustancialmente el Principio de Legalidad constitucional en cuestión de un par de días para dar paso a un Estado plenamente militarizado y bajo una ley marcial. La lista de atropellos es larga como largo es también el olvido.

Soledad Loaeza parece haber resumido muy bien la situación escribiendo en Twitter: “Para los entrantes, la ley es de plastilina. Así todos estamos expuestos a las arbitrariedades del Presidente electo, del líder de la mayoría en el Senado y de los futuros Secretarios de Estado. Han empezado a desmantelar el estado de derecho ya de por sí escuálido”. Si por algún milagro Andrés Manuel López Obrador no gobierna como un dictador, todo estará dispuesto para que alguien con menos escrúpulos lo haga. La mesa estará puesta para ello entre el desencanto que provocará un gobierno simplón y ocurrente, y el desmantelamiento institucional del país. No habrá para entonces salvaguarda alguna para los abusos del poder.