Por Oscar E. Gastélum:

“There are worse crimes than burning books. One of them is not reading them.”
― Joseph Brodsky

Esta es mi última columna de 2017 y quisiera cerrar el año con una breve lista de recomendaciones librescas para mis lectores. No quiero decir que sean los “mejores libros del año”, aunque obviamente estuvieron entre mis favoritos, pero sí son los que más me gustaría que leyera la mayor cantidad de gente posible. Todas son obras muy amenas y reveladoras, capaces de cambiar o enriquecer la perspectiva de sus potenciales lectores y, como todo buen libro, abren puertas a universos intelectuales y literarios vastísimos. Ojalá que al menos uno les interese, lo busquen y lo devoren. Mientras tanto, felices fiestas a todos, y nos leemos el próximo año.

The Undoing Project: A friendship that changed our minds, de Michael Lewis.

En su magnífico libro, Michael Lewis registra en tono cuasi épico la  insólita y fructífera sociedad intelectual forjada entre los psicólogos israelíes David Kahneman y Amos Tversky, así como la intensa amistad que los unió a pesar de poseer personalidades tan fuertes y aparentemente incompatibles. Ese improbable matrimonio espiritual revolucionó nuestra manera de entender la realidad, expuso las trampas y malas jugadas a las que nos somete nuestra propia mente y llevó a sus integrantes (un par de eminentes  psicólogos, no lo olvidemos) a obtener el premio Nobel  ¡de economía! (aunque Tversky desgraciadamente no alcanzó a recibirlo pues falleció prematuramente en 1997). La importancia de los descubrimientos de Kahneman y Tversky es inestimable, y su legado debería formar parte de todo programa educativo en países democráticos, pues nos inmunizaría en contra de algunas variedades del autoengaño, familiarizándonos desde la más temprana infancia con nuestras propias limitaciones y facilitándonos la ardua pero gratificante tarea del autoconocimiento. La ciencia es una empresa apasionante y sus hallazgos pueden llegar a ser tan deslumbrantes que conmueven hasta la médula. Un escritor excepcional como Michael Lewis merece gratitud eterna por demostrarlo más allá de toda duda con este maravilloso libro, una auténtica oda a la inteligencia y al poder revolucionario de la ciencia y la amistad.

The Future is History: How Totalitarianism Reclaimed Russia, de Masha Gessen.

Para nadie es un secreto que vivimos tiempos muy peligrosos para la civilización. Una ola de populismo chovinista y fascistoide recorre el mundo civilizado con la intención confesa de arrastrarnos a un pasado preilustrado. Rusia, como en el siglo XVIII, ha vuelto a convertirse en la tenebrosa meca de la reacción internacional, la patria espiritual de toda alma nostálgica de las tinieblas. Por eso este portentoso libro de Masha Gessen (una de las voces indispensables para entender la pesadilla que estamos atravesando y la autora de una de las biografías esenciales de Vladimir Putin) es tan importante. Y es que la gran escritora ruso-americana nos revela magistralmente el profundo trauma que aqueja a la psique colectiva del pueblo ruso tras tantas décadas bajo el yugo del totalitarismo soviético, un trauma que engendró al “Homo Sovieticus” y que explica el rotundo fracaso de la democracia rusa y el desolador éxito de Vladimir Putin. El hecho de que Gessen haya elegido el formato de la novela de no ficción (con ecos de la mejor literatura rusa) para contar la desoladora historia de las últimas cuatro décadas de su patria, a través de siete personajes de la vida real muy representativos de la Rusia contemporánea, hace que la travesía resulte tremendamente entretenida y deja en evidencia la inmensidad del talento de su autora.

Belonging: The Story of the Jews 1492-1900, de Simon Schama.

Tras cuatro largos años de espera, el gran historiador británico Simon Schama por fin nos entregó la segunda parte de su magna “Historia de los Judíos”. Este segundo tomo vuelve a echar mano del recurso historiográfico favorito de Schama: valerse de la historia individual de un puñado de personajes excepcionales y de carne y hueso, para diseccionar un gran acontecimiento histórico o, en este caso, la historia milenaria de todo un pueblo. Schama, con su característica y prodigiosa erudición y su deslumbrante prosa, nos adentra en el alma del pueblo judío y nos transporta tanto a sus momentos más luminosos como a sus múltiples capítulos de tribulación y persecución, todo esto a través de una galería de personajes inolvidables y variopintos, algunos muy conocidos y otros arrancados del olvido por la voraz curiosidad del autor. No deja de ser llamativa la amplia variedad de los personajes, y es que por las páginas del libro desfilan lo mismo rabinos y filósofos que boxeadores y guerreros, como si Schama quisiera derribar los perniciosos prejuicios que reducen a un pueblo tan plural y complejo como el judío a un estereotipo caricaturesco, y que alimenta, aun en pleno siglo XXI, las inextinguibles llamas del antisemitismo.

Red Famine: Stalin’s War on Ukraine, de Anne Applebaum.

Tras ganar el premio Pulitzer en 2003 con su demoledor recuento de los horrores del Gulag (el infernal y vastísimo universo concentracionario soviético) Anne Applebaum vuelve a los crímenes del totalitarismo marxista-leninista con este escalofriante estudio de una de las peores atrocidades cometidas por Stalin: el Holodomor, esa hambruna intencional que terminó costándole la vida a entre cinco y siete millones de campesinos, casi todos ucranianos. En una era en la que la amnesia histórica amenaza con destruir nuestra civilización y en la que cada día es más común ver a gente joven reivindicando ideologías totalitarias de derecha o izquierda (marchando por las calles haciendo saludos nazis o adornando sus arrobas en Twitter con la hoz y el martillo), un libro como este, tan brutalmente honesto que no se tienta el corazón a la hora de describir escenas de canibalismo desesperado en las que padres enloquecidos por el hambre devoraban a sus propios hijos, no podría ser más oportuno. Además, esta crónica de uno de los peores crímenes contra la humanidad cometido en un siglo que fue pródigo en ellos, echa luz sobre la actual agresión de Rusia contra Ucrania y expone la vileza infinita detrás de los esfuerzos del régimen de Putin por rehabilitar la imagen de un monstruo irredimible como Stalin.

On Tyranny: Twenty Lessons from the Twentieth Century, de Timothy Snyder.

El gran historiador y profesor de Yale Timothy Snyder produjo uno de los documentos indispensables de nuestro triste tiempo. Un brillante panfleto, desbordante de lucidez y sabiduría, que todos los ciudadanos del mundo deberían leer, pues podría inocularlos en contra de esa perniciosa amnesia histórica de la que hablé hace un momento y que provocó, entre otras desgracias, que un energúmeno fascistoide como Donald Trump se convirtiera en el hombre más poderoso (y peligroso) del mundo. Snyder actualiza y expande la máxima de Santayana y nos advierte que, aunque no lo haga de manera idéntica, la historia SÍ tiende a repetirse si somos lo suficientemente irresponsables como para no aprender, u olvidar, sus lecciones. Y la principal lección que Snyder quiere tatuar en el imaginario colectivo es que la democracia es una bestia frágil a la que debemos defender constantemente de sus enemigos y de cualquier amenaza en su contra, por más insignificante que parezca, pues una vez que el proceso de destrucción de sus instituciones comienza es muy difícil de detener. Entre las páginas del breve opúsculo de Snyder hay un documento que me dejó helado y quedó marcado indeleblemente en mi memoria: se trata de un fragmento de un editorial publicado en un diario judío un día después del ascenso de Hitler al poder y en el que su ingenuo autor le aseguraba a sus aterrados lectores que no tenían nada de qué preocuparse pues seguramente los nazis no cumplirían sus extravagantes promesas y amenazas. Sí, cuando se trata de enfrentar a demagogos y movimientos antidemocráticos, la complacencia mata.