México lucha por un porvenir más justo; en el orden internacional sus principios se hallan arraigados a la conciencia nacional.
Don Antonio Ortiz Mena nació el 16 de abril de 1907 (algunas fuentes señalan su nacimiento el 18 de abril de 1908), en Parral, en el estado de Chihuahua.
Estudió la primaria en el Colegio Alemán y en el Colegio Franco-Inglés; posteriormente cursó sus estudios de secundaria y el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria, de donde pasó a estudiar la carrera de Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, durante este periodo fundó el periórido Eureka con don Miguel Alemán y don Manuel R. Palacios. Concluyó en 1928 con la defensa de la tesis La suspensión del acto reclamado en el juicio de amparo. Asimismo, realizó estudios de Economía y Filosofía en nuestra Universidad. Contrajo matrimonio con Martha Salinas, con quien procreó seis hijos.
En el ámbito público ejerció como asesor en el Departamento del Distrito Federal en donde también fungió como jefe del Departamento Jurídico. Colaboró en la Dirección del Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas. También fue gobernador del Fondo Monetario Internacional; Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y secretario de Hacienda y Crédito Público. Acerca de su actuación como funcionario, Miguel Ángel Granados Chapa comenta: “Políticamente conservador (…), su ejercicio financiero fue progresista, basado en una visión amplia de la vida mexicana. Así lo muestran los ocho puntos en que hizo descansar la política económica nacional en 1958, el primero de los cuales consistía en elevar el nivel de vida de la población…”.
Entre sus obras destacadas están: La política hacendaria como factor de progreso: lineamientos para apoyar el desarrollo económico de México; Las finanzas públicas en el desarrollo socioeconómico de México; y El desarrollo estabilizador.
Formó parte de la Academia Mexicana de Derecho Internacional. En 2009 fue condecorado, de manera póstuma, con la medalla Belisario Domínguez del Senado de la República. Se le nombró doctor Honoris Causa por la Universidad de las Américas
La revista La Justicia, editada por don Gabino Fraga, le incluyó entre sus páginas como uno de los doce grandes juristas mexicanos; de este documento, recupero las palabras expresadas por don Antonio Luna Arroyo: “Los que le vimos de cerca, y minuciosamente elaborar sus estudios y conocer de sus mejores éxitos, hemos de decir, sin ambages, que se trata de un hombre honrado a carta cabal, de notable talento, con excepcionales dotes políticas y sociales y, sobre todo, poseedor de un gran espíritu organizador”.
El maestro falleció el 12 de marzo de 2007 en la Ciudad de México. Tenía 99 años.